La fría lluvia de noviembre, que se describe en una de las letras de Guns N’Roses, se hizo presente en pleno abril. Se dio antes del inicio del primer concierto de la aclamada banda en el Foro Sol de la Ciudad de México como parte de la gira de reencuentro a la que después de 20 años intercedieron Axl Rose, Slash y Duff McKagan.

Fueron los integrantes de The Cults quienes aguantaron la lluvia y los relámpagos para poner en ambiente al público capitalino, hasta la llegada de los Guns N’Roses. A partir de las 21:30 los riffs de Slash y la voz rasposa de Axl tomaron por asalto el recinto con un “Hola México”, la música representativa de los Looney Toones y el disparo de la guitarra que comenzó a buscar saciar su Appetit for destruction, que es como lleva por nombre el disco de sus dos primeros temas  “It’s so easy” y “Mr. Brownstone”.

Con pirotecnia incluida, Slash llegó retando al frío con una playera sin mangas y el truco en su plumilla, pues por primera ocasión tocó “Chinese Democracy”, un tema que lanzó la banda años después de su salida. Axl, en su trono de guitarras (el cual se lo prestó una vez más Dave Grohl de Foo Fighters) dio después la bienvenida al público eufórico desde el primer momento con el grito que abre el “Welcome to the jungle” que literalmente hizo temblar al Foro Sol, en el primero de los dos conciertos que ofrecerá la banda en el recinto.

Llegaron después otros como “Double talkin’ jive” y la siempre emotiva “Estranged” que corearon los miles de asistentes, mientras Slash agitaba su rizada cabellera debajo de su sombrero al compás de la canción.

El nuevo estruendo llegó de la mano de “Live and let die”, con llamas de fuego en el escenario en el legendario cover que tienen de los Wings de Paul McCartney. Acto seguido se pudo ver rondar de un lado al otro del escenario a Duff mientras Slash jugaba con su voz a emular el sonido de su guitarra y Axl ponía a todos a aplaudir en “Roquet Queen”.

Tuvieron que pasar más de dos décadas desde su último concierto juntos en Argentina hacia el año 1993, pero no pudieron dejar pasar la oportunidad de darle el gusto a sus fanáticos tal y como lo dice el título de su gira: Not in this lifetime, por lo que cantaron lo mejor de su repertorio con otros temas emblemáticos como la locura de “You could be mine”, en la que se podía ver a niños cantando junto a sus padres. “Buenas noches motherfuckers” gritó Axl al público para después ceder el micrófono a Duff en el tema “Attitud”, un cover de Misfist que cobró popularidad con los Guns en los 90.

El espectáculo continuó con un poco de descanso, sonó la balada de “This I love”, para continuar con la emblemática  “Coma” y luego Slash fue a tomar la mano de Axl cuando lo presentó para tocar la siguiente melodía en un gesto de amistad al que el guitarrista respondió con una brillante ejecución de “Speak softly love”, conocida simplemente por ser el tema principal de la película El padrino. Sin terminar la melodía arrancó los primeros acordes de “ Sweet child o’mine” que enloqueció a los presentes y en el que si bien se extrañó el baile de Axl en el escenario, su canto hizo recordar aquellos conciertos donde bailaba de un lado a otro en ropa interior o falda.

Al filo de la recta final sonaron temas como “Better”, el homenaje a Pink Floyd con “ Wish you where here” interpretada sólo con el jam de las guitarras mientras la gente le ponía voz y posteriormente llegó uno de los momentos más memorables de la noche cuando apareció Axl Rose al piano para dar vida a “November rain” ante un coro de miles de personas que lo acompañaron.

Con el mismo tono emotivo llegó el cierre de la velada. Cantaron “Knockin’ on heaven’s door” y “Nightrain” en una velada que se prolongó entre los recuerdos y la energía de los fanáticos, y la satisfacción de ver en Axl, Slash y Duff el deseo de permanecer en el escenario.

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