Las prácticas de colusión por parte de Bachoco, Pilgrim’s y la Unión Nacional de Avicultores (UNA), entre otras empresas, provocaron un daño a los consumidores de pollo equivalente a 107 millones de pesos, pues propiciaron un aumento de 32.4 por ciento en el precio del pollo, como resultado del acuerdo anticompetitivo de dichas empresas, informó la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece).

 
El órgano regulador que preside Alejandra Palacios realizó un estudio sobre los daños causados por las conductas desleales observadas durante los años 2008 y 2009, en donde las empresas antes mencionadas junto con las firmas San Antonio, Tyson y Pollo de Querétaro, llegaron a un pacto para imponer un piso mínimo en el precio del pollo, lo que representó una práctica anticompetitiva que dañó directamente a los consumidores, quienes pagaron un exceso en el precio de dicho producto.

 
En  octubre de 2013, el pleno del órgano antimonopolios decidió imponer una multa total por 132 millones de pesos a las empresas y personas físicas involucradas en el acuerdo, además de ordenarles suprimir la práctica. Los sancionados acudieron al Poder Judicial para interponer, cada uno por su parte, juicios de amparo respecto a esta decisión. Los litigios aún se encuentran pendientes de resolución definitiva, de acuerdo con la Cofece.

 
Durante su investigación, el organismo determinó que las empresas intercambiaron información y participaron en acuerdos para fijar, concertar y manipular el precio de los productos derivados del pollo en la Ciudad de México. Las compañías publicaron desplegados y comunicados publicitarios con supuestas ofertas, pero en realidad establecían un piso para el precio del pollo.

 
La Cofece señala que este caso es relevante, debido a que el pollo es la principal fuente de proteína para los mexicanos, por ser la alternativa a la carne más asequible, además de que representó cerca del 50 por ciento de consumo cárnico de todo el país en 2013. Durante 2014, el gasto promedio que una familia mexicana destinó al pollo, respecto de todo su gasto en alimentos, fue de 7.3 por ciento. Así, la Cofece estima que el alza de precios provocada por la conducta anticompetitiva de las empresas fue de poco más del 30 por ciento.

 

Los precios en el mercado de producción, distribución y comercialización de productos avícolas responden a tendencias estacionales, por lo que son más bajos en algunas épocas del año que en otras (Semana Santa, por ejemplo). El pollo generalmente se vende sin empaques o distintivos de marca. Por eso, es un producto similar ante los ojos de los consumidores, quienes se basan en las diferencias en el precio para decidir cuál comprar, de acuerdo con el análisis de la Cofece.

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