Al menos 69 personas murieron y 290 resultaron heridas, muchas de ellas mujeres y niños, en un atentado suicida en un popular parque de la ciudad de Lahore (10 millones de habitantes), en Pakistán, donde muchas familias cristianas celebraban el inicio de la semana de Pascua.

 
El suicida hizo explotar las bombas que llevaba en el estacionamiento del parque Gulshan Iqbal, en las cercanías de una zona de juego infantil, en torno a las 19.00 hora local, dijo el portavoz policial del área, Mohamed Salim.

 

Las televisiones locales muestran imágenes de caos en el lugar de los hechos, con un intenso humo y equipos de rescate buscando supervivientes y transportando a los heridos a las ambulancias. También emiten imágenes de muchas personas en las puertas de los hospitales en busca de sus familiares, así como conatos de enfrentamiento con las fuerzas de seguridad que impiden el paso. El Ejército desplegó soldados en la ciudad para colaborar en las tareas de auxilio.
El Gobierno provincial del Punyab, de la que Lahore es la capital, informó en su cuenta de la red social Twitter que ha organizado transportes para llevar donantes de sangre a los centros médicos, al tiempo que anunció tres días de luto oficial.

El grupo terrorista Jamaat ul Ahrar asumió la autoría del atentado.
“Reclamamos la responsabilidad del ataque contra los cristianos que celebraban la Pascua”, dijo el portavoz del grupo islamista, Ehansullah Ehsan, al diario paquistaní The Express Tribune.
Ehsan indicó que este atentado forma parte de la cadena de ataques de este año bautizada como “Saut-ul-Raad” (“La voz del Trueno”) y que continuará a lo largo de 2016. Jamaat-ul-Ahrar se escindió de los talibanes paquistaníes en 2014 para volver a integrarse en la organización terrorista en marzo de 2015. Ese mismo mes reivindicó un atentado dirigido a dos iglesias cristianas en Lahore, en el que murieron al menos 14 personas.

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