MONTÓN DE TIERRA
Por: Kelvin Monge
17 de Marzo del 2016
kelvin@apsonfm.com

El teatro que no cede en Agua Prieta es algo que he visto pelearse por algunos años, cuando Mario Lagarda (quien ya se titulará en artes escénicas) montaba En mis adentros, allá por el 2010, su montaje y propuesta además de romper paradigmas, fue arte que tocó las fibras más delgadas de los aguapretenses. Hasta 2014 COBACH inició un grupo de teatro y tuve la oportunidad de ser el director. El número de actores fue disminuyendo en el primer semestre hasta tener un lindo equipo del que no puedo quejarme para nada. Lucieron en la escuela, la plaza Plan de Agua Prieta y en el auditorio cívico municipal. Al tener que mudarme a Hermosillo por razones universitarias mi puesto quedaría vacío, y el proyecto de teatro en COBACH amenazaba con cerrarse. Era morir o renovarse. Por suerte, Michelle Zuzuárregui le entró y es la actual directora. Esto fue, a mi parecer,la mejor decisión. Es ella quien se ha encargado de estar con los nuevos actores y componer piezas escénicas que no dejan de lado nuestras intenciones que tuvimos allá por el 2014: Alentar soplos creativos en la comunidad, no ceder a guiones choteados o comedias forzadas; hacer de cada encuentro algo que pueda ser recordado, ya sea con ejercicios de auto-reconocimiento o pura pachanga.

teatro cobach

Entre las cosas que dejé pendientes estuvo un guionsito llamado La inercia (y otras aplicaciones). Fue el grupo de teatro actual de COBACH quien tomó batuta de esta obra para darles escenario, cuerpo y voz a los personajes en toda su extravagancia o sedentarismo. Si algo puedo decir de la intención deLa inercia, era tener un encuentro directo e irreverente con algo que me gusta llamar el boom tecnológico-social. Con tonos de sátira y azar reconocer la centralidad de estos aparatos en nuestra sociedad.Cabe recalcar que las conclusiones no se estrellan contra el espectador, es la audiencia también parte del salón trescientosequis (cuando vayan sabrán a qué me refiero) y estimo que cada quien al salir del auditorio tendrá un punto a defender.

Le deseo lo mejor a Zuzuárregui y a su equipo, que debió de esforzarse reconociblemente para animarse a encarnar las ocurrencias que en algún momento escribí. Estoy emocionado de ir este sábado, sentarme y disfrutar de la función.

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