CON UN OJO EN LA CIUDAD Y OTRA AL GARABATO

Por: Leobardo Alvarado

5 de Agosto del 2015

Ya hemos dicho que en el próximo proceso electoral que se llevará a cabo en la primera semana de junio del año que viene, el enemigo a vencer es el PRI y todo lo que en ello se representa.

También, hemos señalado que sólo un acuerdo amplio de la sociedad civil y entre quienes tienen capacidad organizativa pueden tejer los lazos de confianza y los puentes de diálogo para lograrlo.

Que para ello, se requiere de una amplia movilización social que respalde moral y éticamente una plataforma de donde puedan surgir los nombres de quienes habrían de cargar con la responsabilidad de ser gobernantes en un ideal del bien común y recogiendo la agenda que desde la sociedad se ha planteado durante ya casi treinta años.

Así, se apunta sin embargo que es necesario que hablemos de nosotros en el claro sentido de reconocernos ante éste proceso electoral y que estamos obligados a pensarnos ante la coyuntura en términos electorales si es que no queremos seguir padeciendo lo que ya se avizora se nos viene encima.

En ese tenor, se reconoce que los partidos políticos y la crisis que vive éste sistema y la clase política que de él vive y lo utiliza para bien propio, desde hace tiempo no nos representan.

La ciudad nos necesita y nos necesitamos con ella. En ese reconocernos es necesario también observarnos en las urnas más allá de las redes de las que ya formamos parte y el mucho trabajo que como sociedad civil organizada llevamos a cabo en bien de las personas.

Pero precisamente, aprender a recuperar la política para los ciudadanos en esta coyuntura significa estar dispuestos a hacer cosas más allá de la lógica y las dinámicas que hasta ahora nos han guiado.

Significa estar dispuestos a aprender un nuevo lenguaje desde lo que ya somos a partir de que entendemos que las candidaturas independientes nos ofrecen esa posibilidad libre de organizarnos en pos de nuestra propia agenda.

También es reconocer que sólo la concurrencia a las urnas es lo que llevará a la derrota del enemigo a vencer: el PRI.

Por su parte y quizá lo más complicado porque ha sido inasible y escamoteada a los ciudadanos es reconocer la necesidad de recuperar la política. Debemos entender que es la política la que nos llevará a establecer el reconocimiento entre los afines. Es la política, tan satanizada hasta volverla símil de corrupción, la que nos habrá de generar un espacio para encontrarnos. Sin la política no nos vamos a poner de acuerdo.

No es sencillo, porque lo aprendido es que los habitantes -que no ciudadanos- se nos ha dicho que las cosas se hacen como otros dicen que se deben hacer. Nos relegaron al confort de una cama de clavos para no hacer política y dejarnos conducir.

Entender que es la política la que nos hará salir a las calles y hablar con los vecinos eso es lo que nos permitirá gobernarnos entre nosotros y a nosotros mismos de manera diferente a como hasta ahora lo han hecho esa clase política alejada del bien común.

Aprender que la política es lo que habrá de hacernos caminar juntos, es el reto. Si comprendemos eso entonces aprender lo nuevo de las candidaturas independientes será más sencillo de llevar a cabo.

Las candidaturas independientes si bien se reconoce no son la panacea, si son una opción real desde donde se puede cambiar la forma de gobernar. Pero son un lenguaje nuevo, sea en el modelo bronco, clouthier o Kumamoto, es hablar de manera distinta a como se habla desde el sistema de partidos políticos.

Por ejemplo,  por un lado la honorabilidad de un candidato independiente siempre será el punto débil y paradójicamente su mayor fortaleza, por otro, si se tiene origen en un partido político, el populismo es algo que puede estar siempre presente. Lo mismo, si se viene de agendas poco claras o distanciadas de las preocupaciones sociales profundas, como puede ser el medio ambiente, infancia, mujeres, jóvenes, adultos mayores, cultura, la ciudad, etc.

Las candidaturas independientes pues, son ese lenguaje nuevo que se debe aprender y un tema amplio que debe tratarse poco a poco de manera reflexiva, pero que está comprobado, puede llevar A QUE LA GENTE CONFÍE.

Es decir, es necesario generar un ambiente de confianza y poder creer que podemos. Que es necesario hablar de política y hacer política para participar en las próximas elecciones de manera organizada y con un objetivo común. Para que haya una concurrencia que pueda ganarle a ese enemigo que se representa en el PRI y sus aliados.

Y hay que aprender, o mejor dicho, nunca podemos olvidar, que no somos ciudadanos de coyuntura, sino que somos ciudadanos las 24 horas del día y los 365 días del año por el tiempo  y en todo lugar en el que vivamos.

Finalmente no está nunca por demás decirlo. De avanzar en este sentido y en esta coyuntura electoral, lo anterior implica arduo trabajo y conocimientos que ya se tienen para conjuntar, y otros que se pueden adquirir para abordar un amplio movimiento social con la capacidad organizativa de incidir en las elecciones del año 2016 en las que se habrá de elegir alcaldes y regidores y síndicos para los 67 municipios de Chihuahua,  así como diputados para el congreso local, y un gobernador.

 

A propósito, se recomienda la siguiente lectura: http://horizontal.mx/guadalajara-rebelion-ciudadana/
JUAREZ, UNA CIUDAD DE DERECHOS.

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