Columnistas, Nacionales / 18 agosto 2015
CON UN OJO EN LA CIUDAD Y OTRO AL GARABATO
Por: Leobardo Alvarado
18 de Agosto del 2015
Si bien las candidaturas independientes, digamos, poco a poco se ha establecido que son diferentes en su concepción de acuerdo a su origen, es el modelo Kumamoto el más atractivo para la sociedad de la transparencia.
Entendemos por la sociedad de la transparencia, todo aquel espectro social en el que las personas están convencidas de que la corrupción es el mal mayor de nuestro país porque de allí derivan múltiples problemas que lastiman al grueso de la sociedad y dejan un campo de impunidad para las élites dominantes: la clase política y un amplio sector del empresariado mexicano; porque la corrupción tiene una aceptación y práctica cultural en México.
Así, también entendemos que el modelo Bronco y el modelo Clouthier tienen su origen en un conocimiento y experiencia partidista. Ambos, provienen de conocer los alcances del sistema.
Decimos en éste caso dos modelos distintos porque uno, el de Jaime Rodríguez Calderón, alias “El Bronco”, ha abrevado de un partido político como lo es el PRI, con todo lo que ello conlleva y además, su proceso ha sido en Nuevo León, una entidad emblemática para el país principalmente por su desarrollo económico.
El otro, el modelo que representa Manuel Clouthier Carrillo, además de venir de ser legislador (2009-2012) por el PAN sin estar afiliado a ese partido, sus raíces se asientan en la figura moral de su padre: Maquío.
No es menor el peso del apellido, máxime si se observa la sostenida crítica al que ya no fuera su partido porque renunció a él después de lo que sucediera a su padre. Pero precisamente no por eso se puede decir hay una lejanía total con quienes allí siguen militando o con quienes siguen creyendo aun sin estar afiliados al PAN.
De lo anterior destaca una primera reflexión, ese sector del PAN vinculado con el triunfo de éstos dos candidatos, cuál fue su peso y cuál es su visión. Es una pregunta y una reflexión porque esto mismo pero con sus diferencias en el cómo se le convocó a ese electorado lo habremos de encontrar en el voto que habría apoyado a Pedro Kumamoto y a lo que ya se nombra como el Alfarismo en Jalisco.
Existen otras candidaturas independientes que lograron llegar al poder, sin embargo, su trascendencia será medida al paso del tiempo. Por ahora, podemos decir que de los que aquí hablamos son los más representativos por su exposición pública pero no los únicos, y al igual que con los otros, habrá que esperar que pase el tiempo para valorar sus resultados con mayor amplitud.
Del modelo Bronco se han dicho muchas cosas, pero lo que rescatamos es la noción de ese neopopulismo que entre otros surge por la necesidad de liderazgos en una sociedad postrada por la violencia y los yerros de sus gobernantes recientes.
Además habría que observar con detenimiento las maneras en que sucedió dicho proceso. Verlo en el lenguaje, el uso de las tecnologías, y el respaldo de esa sociedad a alguien que asumen es igual porque le han pasado las mismas cosas; es decir, también fue víctima, pero además, que fueron resueltas como lo resolvería “un hombre”.
Con esto último, queremos decir que la cultura habría jugado un papel importante. Subyace en la figura del Bronco precisamente mucho de lo que de manera generalizada se observa en la sociedad cuando expresa que ante la crisis, lo que se necesita son “güevos”, lo que se necesita es “otro Pancho Villa”, etc.
Ese refrendar el lenguaje patriarcal por parte de la sociedad lacerada es una constante por doquier. Finalmente, en ese se requieren “hombres machos”, lo que se expresa es que a los violentos se les detiene con violencia, “a chingazos”.
Las críticas tempranas hasta ahora poco sustentadas en contra de quien es el gobernador electo de Nuevo León, lo que sugieren es que se dan en el marco de la esperanza rota sobre todo por el desconocimiento de quien creyó sin saber de ese neopopulismo, por un lado y, por otro, en el también adelantado proceso del 2018 en el ring de lo moral y las luchas por el poder presidencial. Es decir, quién realmente no es igual que los otros, que los corruptos.
Manuel Clouthier Carrillo por su parte, sin estridencia, pronto asumirá una vez más el cargo de diputado federal por Culiacán, Sinaloa. Un estado que aunque se reconoce falta entender lo que la violencia allí significó para que Clouthier fuera electo, no se puede dejar de destacar que a esa entidad se le asocia al supuesto origen de la violencia por estar allí buena parte de las raíces del narcotráfico.
De sus declaraciones una vez electo legislador, resalta que ha dicho que lo primero que hará es fortalecer las candidaturas independientes.
Clouthier sabe de lo que habla porque, de hecho, junto con Jorge Castañeda Gutman, fueron los primeros en querer ser presidentes de México como candidatos independientes de los partidos políticos, cada uno con argumentos distintos.
Vale la pena lo que dijera a CNN cuando en el 2012 quiso ser presidente de México como candidato independiente: “Así como Maquío, mi padre, abrió un boquete al sistema, el sistema monopólico de partido que existía, hoy es necesario hacerle un nuevo boquete al sistema” (http://mexico.cnn.com/nacional/2012/03/06/).
Las candidaturas independientes son un nuevo lenguaje. Son una manera de expresarse sobre la democracia que se quiere ser en lo individual y se aspira a tener en lo colectivo como sociedad. De allí que la honorabilidad que en ellas se representa es lo que les hace diferentes como modelos.
Clouthier representa esa moral política, en la que digamos que su camino hacia el congreso como independiente se respalda en la experiencia y el reconocimiento generalizado a su apellido, además de que no fue alguien quien careciera de recursos económicos y de apoyo por parte de las élites sinaloenses.
Por supuesto, la gran valía es su convicción de rechazar al sistema de partidos y con sus recursos tener la iniciativa de buscar ser gobernante, recargado en su posición moral y ética ante el electorado. Precisamente, recién ha dicho que el PAN es un partido corrupto, en voz de él, eso es un dicho que mueve las conciencias de quienes han creído y creen en ese partido, además de que repercute en muchos sectores sociales de Sinaloa.
A propósito, también en Sinaloa se elegirá gobernador en el 2016 y, ya se habla del factor Clouthier y la efervescencia de los candidatos independientes y se insinúa que tiene posibilidades si compitiera por la gubernatura.
Pero he aquí de lo que hablamos. Si decidiera dejar la diputación federal recién ganada y compitiera por ser gobernador, el efecto podría ser contrario, toda vez que las candidaturas independientes se sostienen en un alto sentido de responsabilidad moral y ética.
Así que por un lado el llamado “chapulineo” es probable sume a la negatividad con que muchos ven las candidaturas independientes y por otro, que de lanzarse por la gubernatura, a Clouthier le afecte porque se podría percibir que es otro más que no cumple.
El nuevo lenguaje del que hablamos significan las candidaturas independientes no es porque no existiera esa manera de pensar y expresarse, sino porque la novedad es que se ha incorporado al sistema electoral.
Hablamos de que por ejemplo, en el modelo Kumamoto una de sus primeras acciones al lograr la precandidatura fue hacer transparente lo que se gastó en esa etapa de su proceso durante la elección, el poco recurso utilizado en comparación con la cantidad de personas que de inmediato se sumaron a su propuesta sorprendió.
Al respecto, ahora sabemos algunas cosas porque Pedro Kumamoto ha dicho que ellos no se entienden sin la sociedad civil organizada. Es sabido pues que desde hace algún tiempo hay en el tercer sector muchas personas que pugnan por la transparencia gubernamental, así que lo hecho por el grupo de Kumamoto, sólo recogió una agenda que ya se venía proponiendo.
También, una vez que se lanzan por la candidatura independiente, fue muy notorio el respaldo de algunas figuras del ámbito académico que desde hace tiempo venían vinculadas a procesos y propuestas similares a lo que enarbolaba la figura de Pedro Kumamoto. Eso que aquí llamamos la sociedad de la transparencia.
En el caso de Ciudad Juárez, es un hecho que desde hace algunos años en gran medida las organizaciones de la sociedad civil se fortalecen con los conocimientos de la academia a través de académicos o académicas que participan directamente en sus estructuras o generan investigación sobre los temas que trabajan las organizaciones sociales.
Lo que aquí sostenemos es que la novedad en el caso de Pedro Kumamoto es que se incorpora respaldando moralmente a un candidato en un proceso electoral.
Otro elemento importante es la formación de Pedro Kumamoto y del que al menos yo no he leído al respecto en los muchos analistas y opiniones sobre la candidatura de quien ganó el distrito 10, en Zapopan, Jalisco. Me refiero a la gestión cultural. ¿Cuánto esa formación influyó para entender el proceso y la manera en la que abordaron la elección Pedro y su grupo?
Eso es algo pendiente por comprender.
JUAREZ, UNA CIUDAD DE DERECHOS.