CINEFILUS

Por: Javier Barón Rodriguez

05 de abril de 2016

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Desde la adolescencia una de mis temáticas favoritas en el cine son las relacionadas con individuos o equipos por los que nadie apuesta. Vivimos en un mundo en el que las etiquetas son necesarias para definir; tienen su lado negativo puesto que tienden a encasillar, limitan los territorios aspiracionales de expansión a los que de forma natural y legítima tiene derecho cualquier persona.

 

Eddie Edwards (Taron Egerton) tiene desde temprana edad el sueño de asistir a las olimpiadas. Ser un atleta olímpico es la ilusión de su vida. El problema es que las habilidades deportivas de Eddie son escasas, aunado esto a sus características físicas, bien podría denominarse a Eddie como un nerd. Eddie compensa sus carencias con una voluntad férrea y una inocencia que termina por conquistar a los que en primera instancia lo etiquetan como un tipo pusilánime, un mequetrefe que busca notoriedad a toda costa. Nada más alejado de la verdad.

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Con su entusiasmo indeclinable, su perseverancia y principalmente por la fe en si mismo que demuestra, terminará convenciendo a Bronson Peary (Hugh Jackman), de que sea su entrenador. Peary es todo lo contrario a Edwards, fue un atleta de talento portentoso que por falta de disciplina y una vida disipada autoboicoteó su ascendente carrera.

 

El contrapunto entre amabas personalidades dota de una dinámica muy divertida a la cinta : La sobriedad de Eddie choca con la ebriedad constante de Bronson, el entusiasmo desbordado de Eddie con el pesimismo crónico de Bronson. Estos dos tipos se complementan, las fortalezas y debilidades de cada uno ayudarán al otro a desenredar nudos en sus respectivas vidas para fluir e incluso para volar y surcar el cielo como una águila. Estupenda comedia deportiva para toda la familia que deja claro que la tenacidad y constancia consigue más resultados que un talento nato que se duerme en sus laureles.

 

Una cinta de tono optimista y ligero que nos recuerda que uno de los mejores antídotos para desconectarse del mundo y regresar con energías renovadas al escenario de la vida es y seguirá siendo una sala de cine. 8 Barones.

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