CINEFILUS
Por: Javier Barón Rodríguez
2 de Enero del 2016
cinefilus@apsonfm.com

-¿Y ahora qué hacemos papá?
– Mantener el fuego de la chimenea encendido.
Me gusta ir al cine en las tardes, las salas generalmente están semidesiertas e incluso en ciertas ocasiones tienes el privilegio de recibir una función privada.
Las razones son varias : me gusta la amplitud, no me gustan los cines repletos; le restan puntos a la experiencia con los ruidos que generan las personas al comer y otras finezas. El espacio vital es importante y más en un sitio público.
Hago referencia a ello por qué la navidad es una época del año en la que la tolerancia debe incrementarse, ya que cualquier lugar al que acudas estará inusualmente atestado : multitudes bulliciosas por doquier y principalmente; la prueba más retadora de todas : las reuniones familiares con parientes incómodos.
No soy muy fan de las películas navideñas. Me resultan predecibles, empalagosas y un tanto cursis. No obstante, vi el tráiler de Krampus y percibí elementos que llamaron mi atención. La elegí como la última película que vería en pantalla grande en el 2015. No me equivoqué.

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Ante una sala casi llena en función vespertina de media semana por ser vacaciones supongo, ejercí mi paciencia me olvidé que había muchas personas a mi alrededor y me sumergí en la propuesta que desfilaba ante mis ojos.
Krampus es una cinta refrescante en muchos aspectos, un relato que plantea los desencuentros, la hostilidad, los comentarios pasivo – agresivos, las envidias que emergen en reuniones familiares : Esos sujetos extraños con los que no tienes nada en común pero que por azares del destino tienen tu misma sangre.
El relato plantea en primera instancia la disfuncionalidad en la interrelación… una bomba de tiempo que al parecer puede explotar en cualquier momento : la tía borracha e imprudente, los primos que practican el bullying con singular alegría, comentarios desafortunados sobre el sazón de la comida y de repente, el único que conservaba en su corazón la inocencia, el espíritu navideño en plenitud, es expuesto y ridiculizado.
Una carta a Santa Claus rota en pedacitos le dará un giro de 360° a la historia; de súbito, una helada llega, dejándoles sin luz, sin calefacción, a oscuras y con una serie de seres terroríficos que los acechan : duendes, galletas diabólicas, un Santa Claus del lado retorcido con forma de cabra. Un despliegue de terror navideño con efectivas dosis de humor.
Ante la adversidad que enfrentan, toda esta familia que minutos antes se hacían pedazos unos a otros, no tendrán otra alternativa que unirse, solidarizarse entre ellos, olvidar sus diferencias y encontrar sus puntos en común. A pesar de todo, los lazos de sangre son poderosos.
Krampus es una historia de terror y comedia, fusión de géneros afortunada con subtextos valiosos que hablan de lo importante de entender al otro, ponerse en sus zapatos, ser paciente, buscar afinidades, crear puentes.
Terminó la función y me percaté que por primera vez en mucho tiempo no me había incomodado en lo absoluto compartir la experiencia con la multitud que me rodeaba. 7.5 Barones.

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