CINEFILUS
Por: Javier Barón Rodríguez
16 de Febrero del 2016
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El Niño es de ese tipo de películas que suelen gustarme mucho : entornos aislados, pocos personajes, una casa antigua en medio de la nada que guarda secretos insospechados, verdades a medias… Greta ( Lauren Cohan) acepta un trabajo inusualmente extraño al otro lado del mundo con tal de escapar de una relación abusiva, unos ancianos ingleses que saldrán de viaje le encomiendan cuidar a su ”hijo” Brahms, un muñeco de cerámica de tez pálida, ojos melancólicos y mirada penetrante al que tratan como si estuviese vivo. De entrada, la premisa es atractiva, oscura, siniestra y perturbadora.

La trama recrea atmósferas que generan expectación y nos sugieren ámbitos sobrenaturales, un alma estancada en medio de dos mundos, podría ser… La mayor parte del relato acontece con tres personajes : Greta, Brahms y Malcolm, el repartidor. Fluye bien e incorpora a la casona como un personaje más, uno, que tiene muchas respuestas. Me resultó muy interesante la manera en la que se va tejiendo la relación entre la niñera y el muñeco : laberintos psicológicos, juegos de poder, el inicio de la construcción de una relación enfermiza que raya en lo patológico, algo comienza a flotar en el ambiente, un entorno enrarecido que presagia… lo que nunca sucede.

Así es. Justo cuándo pensábamos que el contexto estaba ligado a un fantasma espectral, una vuelta de tuerca totalmente sorpresiva que le da un giro radical de 180° cambiando en un suspiro una historia de terror psicológico y vínculos con el más allá, por un thriller de ritmo intenso. Que el twist es inesperado y mueve los cimientos de la historia, es inobjetable. No me queda claro si hacerlo así era la mejor manera de llegar a la resolución. Yo hubiese seguido el camino narrativo previamente pactado. De cualquier forma, The Boy, es una cinta palomera bastante aceptable para los que gustamos del género. 7.5 Barones.