CINEFILUS

Por: Javier Barón Rodriguez

11 de Septiembre del 2015

cinefilus@apsonfm.com 

 

El cine estadounidense siempre ha tenido la capacidad y sensibilidad de plasmar en la pantalla grande las características que conforman a la gente joven de su nación a través de las décadas. Hay películas que por las temáticas que abordan logran convertirse en la voz de una generación. Filmes que conectan con las inquietudes propias de una época y terminan por definirla. Eso ha sucedido de forma ciclíca; Breakfast Club definió a la juventud de los 80’s, Reality Bites y 10 Things I Hate About You a la de los 90’s, Mean Girls y Juno en la década pasada. En lo que va de este decenio, The Perks of Being a Wallflower podría entrar en esta clasificación Paper Towns, tiene todo el potencial para ser la cinta que plasma con exactitud las ansiedades, sueños y metas de los jóvenes actuales.

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Paper Towns, tiene muchas virtudes que la hacen un relato con el que espectador conecta sin importar edades. Se presenta un retrato muy honesto de la adolescencia : la incertidumbre con respecto al futuro, los anhelos románticos, la necesidad de encajar socialmente, la búsqueda intensa de la identidad individual, encontrarte a ti mismo. Todos, elementos característicos de esa etapa. Los personajes parecen al principio meros arquetipos : El nerd estudioso que no sabe ligar mujeres, la vecina guapa y carismática, reina del high school, sueño húmedo de todos, los amigos nerds del nerd sin vida social, la amiga de la reina de la prepa; guapa y sin cerebro etc. Sí, parece al principio que son personajes esquemáticos, que hemos visto cualquier cantidad de veces.

La agradable sorpresa va surgiendo paulatinamente conforme avanza el desarrollo de la trama, hay un road trip en el que la confrontación de personalidades nos va presentando los diversos matices de cada uno, virtudes y defectos, lo que dota de verosimilitud a todo este grupo de pubertos, una autenticidad que se transmite y hace triunfar a esta historia llevándola a buen puerto, lejos de la medianía y la mediocridad que abunda en este sub-género adolescente.

Ciudades de papel es una metáfora que utiliza la guapa que todos quieren para describir la superficialidad de las ciudades, de las comunidades, gente artificiosa que sigue lo que le dictan, una masa borreguil sin voluntad propia que no puede percatarse que en las particularidades especifícas de cada persona yacen sus cimientos. Dice el personaje principal que los milagros suceden todos los días, no necesariamente tienen que ser espectaculares; encontrar amigos de verdad, que te acepten con todas tus carencias y excentricidades y te impulsen a sacar lo mejor de ti mismo, puede ser el el milagro más generoso que se puede obtener. De lo mejor que he visto en verano.

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