CINEFILUS
Por: Javier Barón Rodriguez
8 de Enero del 2016
cinefilus@apsonfm.com

La cinta argentina del 2009, El Secreto de sus Ojos, es una historia de pasión y nostalgia por las oportunidades perdidas. Contiene y aborda con eficacia varias subtramas que van desde el thriller político, el amor contenido, la sed de justicia y las pasiones humanas que mal llevadas derivan en obsesiones que pueden consumir a los que la padecen. Es de ese tipo de películas que fascinan por la complejidad de los personajes que presenta, por bordar la progresión narrativa del relato con una sutileza exquisita que convierte al filme en cine de arte. Su título no es casual. Las miradas juegan un papel trascendental, denotan el deseo enfermizo de un criminal, el amor reprimido entre la fiscal y su asistente. Se explora la importancia del lenguaje de las miradas, un idioma que si se sabe descifrar, desnuda por completo a una persona.

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Pues bien, todos esos atributos que llevaron a la película argentina a erigirse como la mejor película extranjera del 2010, son nulos en el remake norteamericano. Secret in Their Eyes, es un thriller ordinario, hecho con oficio, que carece de la complejidad y de las variantes tématicas planteadas en la cinta original, carente de la naturalidad y sutileza del filme de Campanella. Cumple en el aspecto actoral : Nicole Kidman, Julia Roberts y Chiwetel Ejiofor hacen un buen trabajo, no obstante, dista mucho de tener solidez argumental, carece de la tensión política que transmitía la argentina, el personaje de Julia Roberts, no existe en la película latinoamericana; a pesar del buen desempeño de la actriz, la inclusión de este se siente forzada y nunca termina de encajar.

Sólo en una ocasión aparece un arma de fuego en la original, la arma nunca es disparada y esa contención genera una de las escenas más escalofríantes, la escena del elevador. En la versión gringa, la escena brutal cuando se descubre el crimen es suprimida, al igual que el desnudo gráfico del criminal cuando la fiscal de manera astuta lo provoca para hacerlo confesar, estos detalles son abordados de manera tibia y timorata ; reflejo de la inhibición de Hollywood ante los desnudos sin tapujos, decantándose, como es su costumbre, por escenas violentas con balazos y la fascinación por las armas de fuego.

Recomiendo ver las dos cintas, la comparación irremediable proporciona parámetros precisos de como una buena historia puede desdibujarse si no es bien elaborada. 7 Barones.

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